Este mensaje revela cómo Dios restaura totalmente la vida de una persona, no solo limpiando su pasado, sino construyendo un futuro sin mancha, sin señal de corrupción y completamente fundamentado en Él. Habla de protección, identidad, propósito, provisión y sobre todo, de un amor que disciplina, limpia y reconstruye con perfección.
Porque te he dicho:
Pueden caer mil a tu lado y diez mil a tu diestra, mas a ti no llegarán. Te dije que con tus ojos verías la recompensa de los impíos. Porque me has puesto a Mí por tu habitación, ninguna plaga ha tocado tu cuerpo, porque Yo no lo permito.
“Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.” — Salmo 91:7
“Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré.” — Salmo 91:14
Yo te he levantado con voz de justicia y voz de mando.
Te he levantado para que llegues a la talla de un ser humano perfecto. He restaurado tu nombre, tu apellido, tu ser, tu cuerpo, tu alma y tu espíritu. Lo que fue corrupto, fue limpiado. Lo que fue impuro, fue purificado.
“…hasta que todos lleguemos… a un varón perfecto.” — Efesios 4:13
“Y os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros.” — Ezequiel 36:26
Tus bienes, de ahora en adelante, son agradables a mis ojos.
Cada cosa que llegará a tus manos no tendrá pasado, porque la construiremos tú y Yo juntos. Llegarás a tener las herramientas y la producción que deseas. Solo no te desesperes, hijo mío, no te desesperes hija mía:
Yo conozco tu corazón, tus deseos y tus sueños. Todo es devuelto en su tiempo —en su momento perfecto.
“A su tiempo segaremos, si no desmayamos.” — Gálatas 6:9
Y cuando tengas y poseas, podrás decir con certeza:
“Esto vino de Dios.” Nada será manchado por el señalamiento del ayer.
No anheles los bienes de los corruptos:
ellos no lo ven, pero tienen polilla, y la polilla consume, destruye y devora el interior.
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen.” — Mateo 6:19
Pierden más que bienes:
pierden su alma, su espíritu, su honra. ¿De qué sirve ganarlo todo si en el proceso se pierden a sí mismos?
“¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” — Marcos 8:36
Mi justicia puede tardar, pero es justicia con amor.
No destruye: purifica.
No aplasta: restaura.
No humilla: edifica.
Porque no se puede construir una casa con cimientos viejos, corruptos o infestados de polilla. Por eso despojé, limpié el terreno y luego edifiqué de nuevo. Así hice contigo.
Tu fe antes no estaba en Mí, estaba en tus bienes, en tus logros, en ti mismo. Era necesario enseñarle al ciego a ver, incluso sin luz, para que aprendieras a escuchar, y al escuchar, ver más allá de tu propia vista.
Nunca fue por maldad. Nunca ha sido por castigo. Siempre ha sido por amor. Y siempre será por amor.
“Porque el Señor al que ama, disciplina.” — Hebreos 12:6
Dios afirma en este mensaje que la restauración verdadera no consiste solo en recuperar lo perdido, sino en reconstruir desde cimientos limpios, edificando una vida sin sombra del pasado. Quien confía en Él camina protegido, purificado y preparado para recibir bienes y promesas que no tienen mancha ni señal. Lo que Dios edifica, permanece; lo que Dios limpia, brilla; lo que Dios restaura, se vuelve nuevo.

