El Señor habla aquí sobre la batalla entre el temor y la fe, recordando que Su Espíritu impulsa, fortalece y levanta a quienes confían en Él. Luego, el corazón humano responde en adoración. Es un diálogo entre el cielo y la tierra: Dios impartiendo valentía, y el creyente devolviendo honra y gratitud.
Mensaje en Voz del Padre
No debe haber temor, porque mi Espíritu contiende contra el temor. El que teme, no ha perfeccionado su fe; pero el que tiene fe, tiene valentía. El que cree, ve lo imposible abrirse delante de él, porque al que cree, todo le es posible.
“En el amor no hay temor; sino que el perfecto amor echa fuera el temor.” — 1 Juan 4:18
“Para el que cree, todo le es posible.” — Marcos 9:23
Yo los impulso como quien salta desde un trampolín, para que desde las alturas vean qué pequeño es todo frente a mí, y qué grande e infinito soy Yo. Mi mano todo lo puede y todo lo sabe. No dejaré caer a ninguno de los míos.
“Los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas.” — Isaías 40:31
Yo levanto su vuelo cuando sienten que van a caer. Yo renuevo sus fuerzas. Soplo aliento nuevo sobre todo aquel que me lo pide. Pero es necesario ser valientes. Es necesario creer. Es necesario ver siempre con ojos de fe. Yo soy el Dios de pactos eternos. Yo soy el Dios que no miente. Yo soy el Todopoderoso.
“Dios no es hombre, para que mienta.” — Números 23:19
Respuesta del Corazón del Creyente (oración humana)
Mi alma te alaba, Padre. Mi alma te bendice. ¡Cuán grande y maravilloso eres! Mi espíritu canta delante de tu presencia. Infundes gozo en mis huesos; donde había tristeza, la borras. Siento tu mover dentro de mí.
Sin merecer tu amor, me has tenido compasión. Gracias eternas te doy, Padre mío. Tú eres el refugio perfecto que mi alma necesita, mi aliento, mi dulzura, mi fortaleza. Has cuidado de mí y de los míos. Gracias por mi hoy, gracias por mi mañana, gracias por mi siempre.
Dios declara valentía y fe sobre tu vida, recordándote que Su Espíritu te impulsa a alturas que tus propios ojos no imaginan. Él cuida de ti, te levanta, te renueva y te sostiene con pactos eternos.
Y desde el corazón humano surge la respuesta natural: adoración, gratitud y reconocimiento.
Este mensaje refleja la relación viva entre un Dios que fortalece y un hijo que responde con amor.
GENERACIÓN DE VIDA 