El Señor nos recuerda que no está distante, sino presente en cada momento de nuestra vida: atrás, al lado y adelante. Él cubre, guía y defiende a sus hijos. Este mensaje es para todo aquel que se ha sentido cargado, cansado o con temor, y necesita renovar su fe en la promesa de Dios.
“De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven.” — Job 42:5
Yo estoy contigo. Me posiciono detrás de ti para escuchar lo que hablan a tus espaldas; a tu lado para susurrarte al oído cómo debes caminar; y delante de ti para defenderte, porque “Jehová irá delante de vosotros, y el Dios de Israel será vuestra retaguardia” (Isaías 52:12).
No quiero que temas ni que tu corazón se llene de frustración. Aunque muchas veces hayas sentido la carga difícil y cansada, Yo pondré fin a tu agobio. Tus ojos se maravillarán y tu corazón se regocijará, porque Yo sé recompensar la fidelidad y dar buenas dádivas a quienes han sembrado con perseverancia. “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9).
Levanta tu mirada y mantén claros tus pensamientos, porque “Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” (2 Timoteo 1:7). Rechaza lo que no proviene de Mí y reviste la armadura de Dios: pies firmes, cinturón de la verdad, yelmo de salvación que guarda tu mente, y sobre todo, el escudo que protege tu corazón. “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:11).
Hoy te confirmo que la soledad no te acompaña: es mi mano la que te sostiene, la que te levanta y la que te impulsa. Yo te doy de mi fortaleza y de mi sabiduría. “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).
El Señor afirma que su presencia rodea a sus hijos en todo momento. Él nos sostiene con su mano, nos da fuerzas y nos conduce hacia el tiempo de cosecha. No hay lugar para el temor ni la frustración, porque la victoria está asegurada en Aquel que va delante de nosotros.

