Cuando Dios habla de risas y gozo que brotan desde lo profundo, no se refiere a algo pasajero, sino a una alegría que nace del cumplimiento de Sus promesas. Esta palabra trae la certeza de que Dios responderá las oraciones más íntimas, no solo para bendecirte, sino para que te conviertas en portador de respuesta para otros. Además, incluye una promesa para tu descendencia: un llamado con poder, unción y autoridad.
Hijo mío, regocíjate.
Porque vengo a traer risas y gozo desde tu interior. Ya no será una alegría momentánea, sino una celebración continua por lo que haré y estoy haciendo a tu alrededor. Lo que parecía estancado comenzará a moverse, y tus labios proclamarán mis maravillas.
«Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con estos.» — Salmo 126:2
Me has pedido muchas cosas en lo secreto.
Peticiones que guardaste solo para Mí. Te digo hoy: también de esas tendrás respuesta. No solo contestaré, sino que te daré claridad y entendimiento para comprender y transmitir mis respuestas. Lo que recibas no será solo para ti, sino para muchos que esperan dirección. Te he dado palabras claras para que las compartas y guíes a otros.
«Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.» — Jeremías 33:3
Eres mío, propiedad sellada por mi Espíritu. Eres instrumento en mis manos, y seguirás cumpliendo obras que honran mi nombre, porque lo que hago contigo nace de tu corazón dispuesto y de tu amor por mi obra.
Tu descendencia es bendición.
Ese hijo, esa generación, llevará mi palabra con el mismo compromiso que tú. Caminarán en un llamado firme, y su voz será respaldada con poder, unción y autoridad, porque yo estaré en sus palabras. Cuida su corazón y vela por su caminar, porque los conduciré hacia obras grandes y trascendentes.
«Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.» — Proverbios 22:6
«Y derramaré mi Espíritu sobre tu descendencia, y mi bendición sobre tus renuevos.» — Isaías 44:3b
Tu siembra no ha sido en vano.
Has sembrado en tierra fértil, y el que siembra en Mí cosecha multiplicado. Cada esfuerzo, cada acto de obediencia y cada semilla de fe dará fruto abundante en su tiempo.
«El que siembra generosamente, generosamente también segará.» — 2 Corintios 9:6
Dios no solo ha escuchado tus oraciones, sino que te ha escogido para ser un canal de respuesta para otros. La herencia espiritual que dejarás a tu descendencia será marcada por un llamado santo y por frutos que permanecerán. Ríe, canta, proclama y siembra sin temor, porque tu cosecha viene y será abundante.

