Cuando la aflicción llega y parece que no hay avance visible, Dios nos recuerda que Él no ve como el hombre ve. Su presencia permanece firme, aun cuando nuestras fuerzas flaquean. Esta palabra es un bálsamo para el alma cansada, un llamado a confiar en que Dios ha comenzado una buena obra y la perfeccionará. No estamos solos; el que nos llamó no nos dejará caer.
Mira cuán bueno y delicioso es buscar mi presencia en todo momento.
No aflijas tu corazón, no tengas miedo, no te atribules. Mi poder está contigo, porque tú me buscas, porque has atendido mi llamado. Tú sabes que Yo estoy, que Yo habito contigo. Por eso te digo: quito tu aflicción, porque he declarado que todo aquel que esté atribulado, confundido o desesperado venga a Mí, y hallará descanso.
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” — Mateo 11:28
“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” — Salmo 46:1
Yo soy el que da descanso a mis ovejas. Yo soy el que está, el que permanece. Yo fui antes, y Yo seré siempre. Así que confía plenamente: el que te llamó no te dejará caer, el que te atrajo no te defraudará.
“Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” — Hebreos 13:8
“Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.” — 1 Tesalonicenses 5:24
Yo soy fiel y sincero.
Yo también sé dar. Yo he visto lo que has dado. He visto tu entrega, tu corazón. Aunque sientas que no hay mucho progreso, ante mis ojos sí lo hay. Has avanzado. Y aunque no lo veas aún, Yo lo he contado. Por eso te digo: confía, porque el que ya venció, vencerá siempre.
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.” — Gálatas 6:9
“El Señor no mira lo que mira el hombre; el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón.” — 1 Samuel 16:7
Te doy nuevas alas y nuevas fuerzas.
Te he levantado para ser torre fuerte, una pirámide de roca firme. Yo he puesto ladrillo sobre ladrillo en tu construcción. Y nadie podrá hacerte frente, porque yo mismo te edifiqué. Eres torre, eres vasija nueva, un edificio nuevo en mi diseño.
“Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas.” — Isaías 40:31
“Jehová es mi roca y mi castillo, y mi libertador.” — Salmo 18:2
Levanta la vara y camina sin miedo.
Yo voy contigo. Yo voy al frente. No desmayes. Escucharás mi voz. Conocerás más de mí. Yo te cuido. Yo te respaldo. Yo te protejo. Yo soy quien hace que la bendición llegue a tu mano, a tu casa, a tu vida.
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré.” — Isaías 41:10
“Jehová irá delante de ti, y estará contigo; no te dejará ni te desamparará.”
— Deuteronomio 31:8
Te envío maná del cielo, palabras frescas de mi boca que te dicen: Yo estoy contigo. Yo soy tu fortaleza. Yo soy tu fuerza.
“Y Él respondió: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.” — Éxodo 33:14
“Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado.” — Salmo 28:7
Dios no solo nos llama a confiar: Él se compromete a permanecer. Si tus ojos no ven fruto aún, recuerda que el Señor mide con ojos eternos. Esta palabra te recuerda que estás siendo edificado, fortalecido, y sostenido. No temas, no te detengas. El que va al frente es más poderoso que todo lo que se levanta en tu contra. Él está contigo.

