¡Jesús Vive!

Hoy celebramos el día que cambió la historia de la humanidad: el Domingo de Resurrección. No celebramos un mito ni una tradición vacía, sino una verdad gloriosa y eterna:


¡Jesucristo ha resucitado!

Su resurrección es la piedra angular de nuestra fe. Como dice la Palabra:

«Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.» (1 Corintios 15:14)

Pero ¡Cristo sí resucitó! Y porque Él vive, nosotros también viviremos. (Juan 14:19)

Hoy no recordamos a un líder caído o un maestro muerto; seguimos al Rey de reyes y Señor de señores, que venció el poder de la muerte para darnos vida eterna.

La resurrección de Jesús confirma su divinidad y garantiza nuestra redención.Él murió en la cruz por nuestros pecados, fue sepultado, pero al tercer día resucitó, tal como había prometido:

«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.» (Juan 2:19)

Cada detalle del plan de salvación culminó en este glorioso día. La cruz parecía el final, pero el sepulcro vacío anunció el verdadero comienzo: una nueva vida en Cristo.

¿Qué nos enseña la Resurrección?

🔹 Que nuestros pecados fueron perdonados
Jesús pagó el precio completo de nuestra deuda.

«El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.» (Romanos 4:25)

🔹 Que tenemos acceso directo a Dios
El velo del templo se rasgó, y ahora podemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia.

«Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo… acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe.» (Hebreos 10:19-22)

🔹 Que la muerte ya no tiene dominio sobre nosotros
La tumba fue derrotada. Jesús dijo:

«Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.» (Juan 11:25)

🔹 Que tenemos una esperanza viva y eterna
No vivimos para este mundo solamente. Nuestra ciudadanía está en el cielo.

«Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos.» (1 Pedro 1:3)

El Domingo de Resurrección no es solo un día de fiesta, es el recordatorio diario de que nuestra fe tiene fundamento, que nuestro Salvador reina, y que nuestro futuro está asegurado en Él.

Hoy podemos decir con confianza:

«¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?» (1 Corintios 15:55)

Que cada latido de nuestro corazón proclame que Jesús vive y que todo aquel que cree en Él tiene vida eterna.

No dejemos que este día pase como un evento más: hagamos de la resurrección el centro de nuestra vida diaria, viviendo en la victoria, el gozo y la misión que Cristo nos ha dado.

¡Jesús vive! ¡Y por Él, nosotros también viviremos!

Señor Jesús,
te adoramos y te exaltamos porque venciste la tumba, venciste el pecado, venciste la muerte.
Gracias por tu sacrificio en la cruz y tu gloriosa resurrección que nos da vida nueva.

Hoy renovamos nuestra fe en Ti.
Te pedimos que resucites lo que está muerto en nosotros: la esperanza, la fe, el amor.
Haznos testigos vivos de tu poder y tu gracia.
Que vivamos cada día en la certeza de tu victoria y en la esperanza de tu regreso.

Te amamos, Jesús.
¡Gracias por ser nuestro Salvador vivo y eterno!
Amén. 🕊️

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