La Promesa del Regreso de Cristo

Estamos viviendo en tiempos únicos y, como seguidores de Cristo, debemos estar atentos y preparados. «Es el tiempo del fin, Cristo viene pronto«. Esta es una verdad fundamental de nuestra fe y una promesa que debemos tener siempre presente.

Los eventos mundiales, las señales en la naturaleza y los cambios en la sociedad nos recuerdan constantemente las palabras proféticas de nuestro Señor Jesucristo. No estamos aquí para asustarnos, sino para fortalecernos en nuestra fe y esperanza, y para recordar la urgencia de estar preparados para Su regreso.

Antes de adentrarnos en las Escrituras y explorar lo que Dios nos ha revelado sobre el fin de los tiempos, inclinemos nuestros corazones en oración, pidiendo la guía y sabiduría del Espíritu Santo.

Contexto Bíblico

Mateo 24:3-14: Jesús se sienta en el Monte de los Olivos y sus discípulos le preguntan sobre las señales del fin. Él menciona guerras, hambres, terremotos y falsos profetas. «Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.»

Jesús advierte sobre los falsos Cristos que aparecerán, pretendiendo ser Él, y que engañarán a muchos. Esto nos llama a estar vigilantes y discernir la verdad, apoyándonos en la Palabra de Dios para no ser llevados por falsas doctrinas.

Jesús describe eventos catastróficos y conflictos globales como señales del principio de los dolores. Estos eventos son una parte inevitable del proceso hacia el fin, pero no deben causar desesperación entre los creyentes.

Estos eventos son solo el comienzo de un período de sufrimiento y tribulación que precederá al fin. Nos recuerda que debemos estar preparados para enfrentar tiempos difíciles con fe y esperanza.

Jesús advierte sobre la persecución y el rechazo que enfrentarán sus seguidores. Algunos tropezarán y abandonarán la fe, traicionándose y odiándose unos a otros. Esto nos alerta sobre la necesidad de mantenernos firmes y fieles, incluso en medio de la adversidad.

El evangelio del reino debe ser predicado a todas las naciones como testimonio antes de que llegue el fin. Esto nos recuerda nuestra responsabilidad de evangelizar y compartir el mensaje de salvación con todos.

2 Timoteo 3:1-5: Pablo advierte sobre los tiempos peligrosos en los últimos días, caracterizados por la gente amadora de sí misma, avara, soberbia, blasfema, desobediente a los padres, ingrata, impía, sin afecto natural, implacable, calumniadora, desenfrenada, cruel, aborrecedora de lo bueno, traidora, impetuosa, envanecida, amadora de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella.

Señales del Fin de los Tiempos

Señales Naturales: Lucas 21:11: «Y habrá grandes terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo.«

Jesús menciona eventos naturales como terremotos, hambres y pestilencias, junto con señales aterradoras en el cielo, como indicadores del fin de los tiempos. Estos fenómenos servirán como advertencias visibles de que el cumplimiento de las profecías está cerca.

Señales Sociales y Morales: Mateo 24:12: «Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.» El aumento de la maldad en el mundo llevará a que muchos pierdan su amor y compasión. Este enfriamiento del amor es una señal preocupante de la decadencia moral y espiritual que caracterizará los últimos días.

Señales Espirituales: Mateo 24:24: «Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.» En los últimos tiempos, surgirán falsos Cristos y profetas que realizarán grandes señales y prodigios para engañar incluso a los escogidos. Esto destaca la necesidad de discernimiento y una fe sólida en la verdad de Dios.

La Promesa del Regreso de Cristo

Juan 14:1-3: «No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.» Jesús consuela a sus discípulos asegurándoles que va a preparar un lugar para ellos en la casa de su Padre y que volverá para llevarlos con Él. Esta promesa de su regreso es una fuente de esperanza y seguridad para todos los creyentes.

Hechos 1:10-11: «Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.» Después de la ascensión de Jesús, dos ángeles aseguran a los discípulos que Jesús regresará de la misma manera en que fue llevado al cielo. Esta afirmación reafirma la promesa del regreso de Cristo y nos anima a esperar con anticipación su segunda venida.

La Urgencia de Estar Preparados

Mateo 24:42-44: «Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor… Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.» Jesús nos exhorta a estar siempre vigilantes y preparados porque no sabemos cuándo vendrá. La incertidumbre del momento de su regreso nos llama a vivir en constante preparación y santidad.

1 Tesalonicenses 5:1-6: «Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.» Pablo exhorta a vivir en la luz y estar sobrios, no en tinieblas, para que el día del Señor no nos sorprenda como ladrón en la noche.

El Llamado a la Iglesia

Apocalipsis 3:10-11: «Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.» Jesús promete guardar a los fieles de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo y exhorta a mantener lo que tenemos para que nadie tome nuestra corona.

Hebreos 10:23-25: «Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza… y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos, y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.«

El autor de Hebreos nos anima a mantenernos firmes en nuestra esperanza, a estimularnos mutuamente al amor y a las buenas obras, y a no dejar de congregarnos. La cercanía del día del Señor debe motivarnos a vivir en comunidad y apoyarnos unos a otros.


Reflexionemos sobre nuestra relación con Cristo. Si hay algo en nuestras vidas que no está alineado con Su voluntad, este es el momento de arrepentirnos y buscar una vida santa.

«Señor Jesús, reconocemos que vivimos en tiempos críticos. Ayúdanos a estar preparados para tu regreso. Que tu Espíritu Santo nos guíe y fortalezca para vivir en santidad y amor, esperando con ansias tu venida. Te lo pedimos en tu santo nombre, amén.»

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