La importancia de la comunión con Dios

En la Primera Epístola de Juan, encontramos una enseñanza profunda sobre la importancia de tener comunión con Dios. En este artículo, exploraremos el primer capítulo de esta epístola, específicamente, los versículos 1 al 5, para descubrir la relevancia de mantener una relación íntima con nuestro Creador.

El apóstol Juan comienza su epístola enfatizando su autoridad como testigo ocular de Jesucristo. Él proclama que Jesús es el Verbo, el Logos, quien fue desde el principio con Dios y que, de hecho, es Dios mismo. Juan presenta a Jesús como aquel por medio de quien todas las cosas fueron creadas, y destaca que en Él reside la vida y la luz. Estos versículos iniciales nos invitan a reconocer que la comunión con Dios implica reconocer y aceptar a Jesús como el único camino hacia la vida eterna y la verdadera luz.

En el versículo 3, Juan nos dice que todas las cosas fueron hechas por medio de Jesús y que nada fue hecho sin Él. Esto nos muestra que la comunión con Dios no solo implica una relación personal, sino también aceptar su soberanía y reconocer que todo en nuestra vida tiene un propósito, porque todo ha sido creado por Él.

El versículo 5 nos dice que la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no prevalecen contra ella. Aquí, Juan nos anima a buscar la luz de Cristo y dejar que su brillo divino ilumine cada área de nuestra vida. La comunión con Dios nos permite recibir esa luz y nos capacita para enfrentar cualquier desafío, superar cualquier oscuridad y encontrar fortaleza en medio de la adversidad.

A través de la lectura del primer capítulo de la Primera Epístola de Juan, comprendemos que la comunión con Dios es esencial en nuestra vida cristiana. Esta comunión implica reconocer a Jesús como nuestro Señor y Salvador, comprender que todo ha sido creado por medio de Él y permitir que su luz ilumine cada aspecto de nuestra existencia. Cuando mantenemos una relación cercana con Dios, encontramos vida, propósito y esperanza. ¡Iniciemos cada día buscando esa comunión con nuestro Creador y permitamos que su luz transforme nuestra vida y la de aquellos a nuestro alrededor!

«En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.»
Juan 1:1-5

Deja un comentario