Buscando la presencia de DIOS

Nuestro motivo de vida debe ser buscar la presencia de Dios, conocerlo día a día y obedecerle. El gran mandamiento dice: “ama a Dios con todo tu corazón y con toda tu alma”, esto es algo poderoso que nos motiva amar a Dios. Nuestro deseo y anhelo debe ser adorar a Dios. Puedes adorarle con tu accionar y con tu hablar, desde el momento que te levantas y das gracias a Dios, tú ya empiezas a adorarlo, ya empiezas a hacer su voluntad. Desde ese momento, ya empiezas a buscar estar en su presencia. Muchas veces es muy sencillo encontrar la presencia de Dios, tan solo con nuestro actuar. En la presencia de Dios usted se transforma en lo que Dios quiere que sea.

Todo aquel que busca a Dios, lo que encuentra es su presencia misma. Cuando está la presencia de Dios lo que encontramos es Paz. Si hay paz, es porque verdaderamente esta la presencia de Dios. Si no hay paz, hay que preocuparse. La presencia de Dios da paz, da tranquilidad en medio de la tormenta. Si usted tiene la presencia de Dios; Dios mismo le da la paz, la tranquilidad. Dios quiere amarte, pero quiere que confíes en Él. Lo que da la presencia de Dios es confianza. Cuando caminas de la mano de Dios, siempre vas a estar en la presencia de Dios. Cuando estás en la presencia de Dios, vives confiado, vives con fe, ya no te preocupas de los tuyos, ya no te preocupas de tus problemas, ya no te preocupas de tu enfermedad, ya no te preocupas.

La presencia de Dios es: El Mismo. Es su presencia la que te guía, es su presencia la que está contigo durante el día, es su presencia la que te dirige, es su presencia la que te hace ser mejor persona para con Él mismo y para con tu prójimo. Pero debes de buscar esa presencia, encontrándola con obediencia. Debes de tener un corazón con convicción.

Tú eres el templo de la presencia de Dios. Eres templo y morada del Espíritu Santo. Dile al señor que quieres vivir en su presencia, dile que quieres obedecerle. Busca al Señor con todo tu corazón y con toda tu alma, búscalo; que sea tu anhelo. El señor te mandará su presencia. Dile al Señor Jesús que reconoces que Él es el hijo de Dios, que aceptas su perdón, dile que perdone tus pecados, dile que te de vida eterna y que te ayude a entrar y buscar su presencia. Tú eres su hijo, eres su hija, en quien tiene complacencia y desde el momento que tú aceptas a Jesús, llegas a ser hijo de Dios. Desde el momento que aceptas a Jesús en tu corazón, la presencia de Dios está en ti. Pero hay que cultivarla, hay que alimentarla. Dios no quiere cantidad, sino calidad.

Estar en la presencia del Señor es vivir la paz de Dios. Estar en la presencia del Espíritu Santo es hacer justicia. Estar en la presencia del Señor es tener el gozo victorioso de Jesucristo. Estar en la presencia de Jesús es estar lleno del amor de Dios.

Herminia Rosado
Generación de Ester

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